Silver economy: La edad de oro de la economía plateada

¿No es país para viejos? Los datos apuntan a que sí debería serlo. En 2050, la población que tiene más de 60 años se habrá duplicado (según estimaciones volcadas en este informe de la Organización Mundial de la Salud). Para las instituciones, las personas mayores cada vez tienen más protagonismo, y es que países como Reino Unido han creado un Ministerio de la Soledad para atender los casos de soledad no deseada en la vejez, y en España se plantea la misma necesidad. Por otro lado, en la empresa privada, muchas marcas han vuelto a poner lo viejo de moda a través de propuestas ideadas por y para este segmento de población.

Precisamente, el incremento de la esperanza de vida ha provocado que empresas de bienes y servicios atiendan a ese nuevo perfil sénior, y la propia Comisión Europea ha lanzado unas directrices sobre el nuevo modelo económico que ha explotado en los últimos años alrededor de estas personas: la silver economy.

¿Qué es la silver economy y qué cambios conlleva?

El concepto también tiene su madurez, y es que surgió en Japón -uno de los países más envejecidos del mundo- durante los años setenta.  La silver economy consiste en toda actividad económica que dirige sus propuestas comerciales a mayores de 50 años. Y con esto estamos hablando de mucho más que residencias de la tercera edad.

Entonces, ¿qué sectores involucra? ¡Todos! De hecho, esta tendencia requiere innovación, porque las siguientes generaciones de este tramo de edad (al que llegaremos todos) presentarán tasas más elevadas de conocimiento y demanda tecnológica. Como muestra de ello, una encuesta realizada en 2018 por la American Association of Retired Persons (AARP) ya anotaba que hacia 2030 los americanos mayores de 50 años gastarán más de 84 billones de dólares anuales en productos tecnológicos.

Otros datos interesantes recogidos en este estudio demuestran que el 65% de personas entre 55 y 64 años en Estados Unidos usan Facebook. También se resalta que estamos viendo una generación de gamers sénior con un notable interés por los esports, considerando este estudio que el 38% de americanos usan videojuegos.

Además de la industria del entretenimiento, el bienestar de este grupo poblacional redunda en el hábitat y el interiorismo, ya que demandan hogares con adaptaciones para su comodidad, que faciliten seguir viviendo en su entorno cuando aparezcan limitaciones físicas o cognitivas.

En cuanto a su papel como fuerza de trabajo, ahora mismo las personas mayores de 65 años suponen casi el 13% de trabajadores de Japón, y se espera que esta cifra aumente un 25% entre 2016 y 2026. Esto va más allá de las cifras. Como hemos anotado, el aumento de longevidad pondrá sobre la mesa nuevas oportunidades para el crecimiento económico y el desarrollo personal. Sí, los seniors ya están sentando una clara disrupción sobre las normas de jubilación, y con ello inciden en romper el cortoplacismo dentro de las empresas.

 

Más allá de la economía: la inclusión social

La silver economy está directamente asociada con la inclusión social: las personas mayores se jubilan del trabajo, no de la vida. La diversidad implica también aceptar la vejez y el edadismo se ha convertido en el próximo tabú contra el que luchar.

Joseph F. Coughlin, fundador de MIT AgeLab, lo explica de esta manera: “Estamos luchando contra una noción de la vejez que está totalmente desfasada. Nos obliga a ciertos paradigmas cuando envejecemos, lo cual es problemático, considerando que el futuro de nuestro mundo se ve afectado por las acciones de las personas mayores en él. También distrae a las compañías de dar solución a las auténticas necesidades de este grupo de edad que cada vez se hace más grande, más rico y con más demandas”.

Este cambio de corte económico del que habla Coughlin conllevará a su vez un cambio cultural que resignifique el envejecimiento y la longevidad, asociándolos al gozo y al bienestar. Como muestra, ya se ha demostrado que las personas que revisten estereotipos positivos sobre la edad se recuperarán antes de situaciones de discapacidad y serán menos propensas a padecer demencia.

Este nuevo estado de la cuestión tiene ya su propia designación. El gerontólogo japonés Takao Suzuki ha denominado un nuevo tramo etario: viejo-joven (individuo autónomo), diferenciándolo del viejo-viejo (dependiente). “Las personas de 60-75 años de hoy en día son muy diferentes a las que tenían la misma edad en los noventa”, concluye el especialista.

¿Quieres ver algunos ejemplos de silver economy adaptados a esta nueva generación de personas mayores? Revísalos en este post.