¿Sabes cuál es el recorrido del mueble hasta tu hogar?

Desde el bosque hasta el salón, el recorrido de un mueble es mucho más que una cadena de producción: es una historia de responsabilidad, innovación y compromiso con el entorno. En un contexto donde la trazabilidad y la sostenibilidad son cada vez más valoradas por profesionales de la arquitectura, interioristas y promotores, las certificaciones juegan un papel crucial para garantizar la calidad y el impacto ambiental de cada pieza que llega al hábitat.

 

Bosques gestionados responsablemente: el primer paso

Todo comienza en el origen de la materia prima. Las certificaciones FSC® (Forest Stewardship Council) y PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) y la norma ISO 38200 se han convertido en estándares de referencia internacional. Avalan que la madera proviene de bosques gestionados de forma responsable, con criterios que incluyen la biodiversidad, el bienestar de las comunidades locales, la trazabilidad y la legalidad en la explotación forestal. Por otra parte, iniciativas como Pino de Galicia garantizan el kilómetro cero y la sostenibilidad cultural y social de estas comunidades locales.

Para reforzar la trazabilidad y la legalidad de la cadena de suministro de productos forestales que se comercializan en Europa, se suman normativas como el EUTR (Reglamento de la Madera de la UE) y su actualización, el EUDR (Reglamento sobre Deforestación de la UE). 

Contar con materiales certificados en origen no solo es una garantía medioambiental y legal, también una herramienta que refuerza el valor del proyecto ante clientes cada vez más exigentes.

 

Procesos industriales bajo control: eficiencia y bajo impacto

Una vez extraída, la madera inicia su transformación en los centros de producción. Aquí entran en juego certificaciones como la ISO 14001, centrada en la gestión ambiental, y la ISO 50001, que impulsa una gestión energética eficiente. Estos sellos aseguran que cada etapa del proceso -desde el secado y prensado hasta el acabado- se realiza minimizando residuos, consumo de energía y emisiones de carbono.

 

Durabilidad y resistencia: más allá de la estética

La calidad de los materiales no solo se mide por su aspecto, sino por su capacidad para resistir el paso del tiempo. Algunas certificaciones, como la Tecnalia Certified basada en normativas europeas como la UNE-CEN/TS 15679, analizan el rendimiento de productos sometidos a tratamientos que mejoran su durabilidad y estabilidad dimensional, especialmente en soluciones para exteriores o ambientes exigentes.

Este tipo de avales permite a prescriptores confiar en la longevidad de los materiales, reduciendo el mantenimiento y mejorando el ciclo de vida útil de las instalaciones.

 

Economía circular en producto: diseño regenerativo como nueva norma 

El concepto de economía circular ha pasado de convertirse en una aspiración futura a ser una exigencia presente. Certificaciones como Cradle to Cradle Certified™ o etiquetas como EPD evalúan aspectos que van desde la composición segura de los materiales hasta su capacidad de reutilización, el uso de energías limpias o la responsabilidad social en la cadena de suministro.

Este enfoque integral permite cerrar el ciclo del producto, impulsando soluciones más regenerativas y reduciendo la huella ecológica de cada proyecto.