Neuroestética en interiorismo

La búsqueda del bienestar es ya una premisa clave en el diseño de cualquier hábitat. Certificaciones como WELL, que garantizan la salud física y mental de un proyecto, cobraron mayor protagonismo tras la pandemia. Ya vivimos un momento en el que “la salud ha salido de los laboratorios y ha entrado en los hogares”, como sintetiza la consultora Katie Klecheski.

En el auge de generar ese entorno amable y acogedor para las personas, la neuroestética viene a complementar los principios de la neuroarquitectura (de los que ya te hablábamos en este post) para introducirlos en el interiorismo. ¿Quieres saber cómo puedes aplicarla en tus proyectos? En Connections by Finsa te aportamos contexto, ejemplos y consejos.

 

¿Qué es la neuroestética y cómo se aplica en interiorismo?

La neuroestética es, en resumen, la ciencia de la belleza. Semir Zeki, neurobiólogo, descubrió en 1990 que, ante la percepción de algo hermoso (musical, visual o incluso matemático), siempre se activa la misma área cerebral. Gracias a este hallazgo se pudieron estandarizar una serie de parámetros en distintas disciplinas (diseño, moda, interiorismo…) para reforzar las sensaciones positivas que provoca la contemplación o disfrute de un entorno bello y confortable.

En interiorismo analiza de qué forma factores como el color, la iluminación, la acústica o las texturas afectan al estado emocional. De esta manera, podremos adecuar los aspectos sensoriales del diseño para crear espacios inclusivos. Al considerar estos estímulos en la conceptualización de ambientes, no solo cautivarás visualmente, también tocarás las fibras más internas de la experiencia humana. Este enfoque va más allá de la estética superficial y ofrece un camino hacia la ideación de una experiencia que resuene en un nivel profundo.

 

Ejemplos de neuroestética en interiorismo

En los hogares se potencian soluciones low-tech (de baja fricción tecnológica), prácticamente invisibles y avanzadas, donde los productos aparecen y desaparecen, generando así un hábitat eficiente que puede ser a la vez lugar de desconexión. Tal es el caso del colchón Emma Motion, un sistema de descanso que, mediante inteligencia artificial, se adapta en tiempo real y de forma silenciosa a los movimientos del cuerpo.

Un paso más allá en la aplicación de neuroestética fue A space for being, una instalación de testeo promovida por Google, Muuto, Reddymade Architecture y Johns para “explorar cómo las experiencias estéticas tienen el potencial de impactar en nuestra biología y bienestar”, según explicaron los cuatro socios del proyecto durante el Salone del Mobile de Milán en 2019.

El experimento consistió en un espacio con un interiorismo determinado en el que entraron personas que llevaban puestas pulseras hechas ad hoc por Google. Estas pulseras medían varias respuestas físicas y fisiológicas tales como los latidos del corazón, la respiración o la temperatura corporal. De esta forma tomaron datos para comprobar cómo tres habitaciones con diferente mobiliario, colores, texturas, iluminación y acústica generaban sensaciones de tranquilidad y confortabilidad.

Esta disciplina científica trasciende los hogares y llega a la oficina. Juan Carlos Baumgartner, arquitecto incluido por el NYC Post en la lista del top diez de profesionales en 2022, explicó en GQ que los entornos de trabajo deben generar bienestar: “no puedes despertar tu productividad si no te encuentras a gusto en un lugar donde pasas al menos ocho horas. No hay otro espacio que te afecte más en ese sentido”.

Baumgarter escribió el libro Office as a tribe, donde argumenta la necesidad de reconectar a nivel social y humano en las oficinas. Como gran defensor de la neurociencia en arquitectura e interiorismo, considera que “en un futuro cercano”, será necesario conseguir una licencia médica para diseñar.

 

5 claves para aprovechar la neuroestética en interiorismo

Tras revisar varios casos de estudio queremos aconsejarte cinco aspectos que debes considerar para aplicar neuroestética en interiorismo:

  1. Primeramente, estudia qué actividades se realizan y qué emociones quieres despertar en ese hábitat.
  2. Incluye naturaleza de alguna forma para evitar el síndrome de Heidi.
  3. Equilibrio entre simetría, asimetría y orden: busca simetrías por su estructura ordenada o asimetrías calculadas que capturen atención e interés.
  4. Emplea texturas en superficies, muebles… desde lo suave a lo rugoso, apóyate en las sensaciones que transmite lo táctil.
  5. Genera luces y sombras para jugar con los volúmenes.