

Praga
Praga se puede considerar un verdadero paraíso para arquitectos e interioristas, ya que ofrece una impresionante variedad de estilos arquitectónicos que van desde el Cubismo hasta el Brutalismo, pasando por el Art Nouveau y el Funcionalismo.
La historia arquitectónica de la ciudad está marcada por las turbulencias políticas y los impactos de las dos Guerras Mundiales, lo que ha influido notablemente en su paisaje urbano.
Uno de los movimientos más destacados es el Cubismo, desarrollado a principios del siglo XX por jóvenes arquitectos checos que se inspiraron en obras de Picasso y Braque. Transformaron la ciudad con edificios de formas piramidales y superficies inclinadas, como La Casa de la Virgen Negra o la Casa Danzante.
El Modernismo en Praga surgió influenciado por el Expresionismo Nórdico y el Surrealismo. Ejemplos destacados de este estilo incluyen el Teatro Nacional, la Laterna Magika de Karel Prager, y la Casa Municipal, un icónico edificio Art Nouveau.
El Funcionalismo del siglo XX se fusionó con la arquitectura brutalista socialista, creando una ciudad que armoniza estilos históricos y modernos. Un ejemplo clave es la Villa Muller de Adolf Loos, un referente del racionalismo arquitectónico.
Para los interioristas, la ciudad ofrece una rica herencia de diseño, destacando el mobiliario cubista del Museo de Artes Decorativas y los diseños de Jindřich Halabala y Ladislav Sutnar. La Casa de la Madonna Negra y el Grand Café Orient, ambos ejemplos de arquitectura cubista de Gočár, son de gran interés por su integración de arquitectura, mobiliario y decoración.
Praga, con su mezcla de lo antiguo y lo moderno, es una ciudad que sigue siendo un referente para la arquitectura y el diseño, un lugar donde profesionales pueden explorar y aprender sobre las distintas influencias que han formado su identidad única.
