InCUBE: rehabilitación energética modular desde Zaragoza para Europa

El barrio obrero de Balsas de Ebro Viejo, construido en los años setenta en Zaragoza, está viviendo una transformación que sirve de modelo para Europa. El proyecto InCUBE está renovando un conjunto de viviendas mediante técnicas innovadoras, que buscan rapidez y menos molestias para el vecindario. El piloto en Zaragoza forma parte de una iniciativa que también se prueba en Trento (Italia) y Groningen (Países Bajos), y cuenta con ayudas Next Generation.

En concreto, el programa actúa sobre cuatro edificios de un mismo conjunto urbano en el que viven cuarenta familias. El objetivo no es cosmético: se trata de corregir problemas reales y cotidianos para conseguir viviendas más confortables y mejorar la calidad de vida de las personas de este barrio obrero. Las mejoras se centran en: la eficiencia energética, mejorando el aislamiento térmico del edificio e instalando energías renovables; la accesibilidad, con la instalación de ascensores y la conservación del edificio, con la renovación de parte de las instalaciones.

 

Arquitectura modular, clave para reducir tiempo y costes

La arquitectura modular es clave para acelerar estos procesos. “Los tiempos de ejecución se reducen considerablemente. Además, los costes están mucho más controlados, ya que se evitan muchos de los imprevistos que suelen surgir durante una obra convencional”, asegura Mapi Dal, responsable de proyectos del estudio Minimal Metro7, encargado de los núcleos de escaleras con ascensor. “También mejoran las condiciones de trabajo, porque la fabricación se realiza en entornos cubiertos y no depende de las condiciones climáticas. En resumen, aporta rapidez y control de costes”, añade.

La ventaja práctica para sus habitantes es evidente. “Una de las cosas más importantes durante la renovación fue el poco tiempo que las personas tuvieron que dejar sus viviendas: apenas tres semanas, cuando lo habitual suele ser cerca de un año. Eso es gracias a la arquitectura modular, que acelera mucho los procesos y los hace más sencillos”, destaca por su parte Boniface Mselle, responsable técnico en CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), la entidad encargada de monitorizar el proyecto InCUBE. 

El potencial de réplica de estas soluciones es alto. “Son edificios de los que ya hay varios ejemplos en Zaragoza. Este tipo de soluciones tiene un gran potencial para escalar”, afirma Mselle. Esto es especialmente relevante en barrios construidos en la misma época y con estructuras y estéticas similares, donde una intervención estandarizada puede aplicarse a varios inmuebles.

 

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Eficiencia energética activa y pasiva en casi un 89%

La mejora energética aborda tanto la parte pasiva como la activa. Antes de intervenir se detectaron carencias claras. “Durante un tiempo se observó una tendencia preocupante: la calidad del aire no era buena. Había viviendas muy frías en invierno y temperaturas que superaban los 30 o 35 grados en verano. También detectamos altos niveles de humedad y dióxido de carbono, especialmente durante los meses de invierno”, explica Mselle. 

Para atajar eso, la empresa KOVER, especializada en fachadas modulares industrializadas, se encargó de colocar una “nueva piel” al edificio con módulos prefabricados. “Se instala una doble piel exterior que integra ventanas adicionales sin quitar las originales; de este modo se crea una envolvente continua de la que la fachada pasa a formar parte”, afirma Dal. De esta manera, la intervención respeta la arquitectura y los colores del barrio.

Y es más eficiente en términos de energía. “La clave está en mejorar el aislamiento. Gracias a estas implementaciones, las viviendas pasarán de una clase energética E a una clase A, lo que las hará mucho más eficientes y reducirá significativamente el consumo de energía”, precisa Mselle.

En la parte activa, se renuevan los sistemas de climatización y de Agua Caliente Sanitaria (ACS), se instalan 77 kilovatios de energía fotovoltaica y se sustituyen equipos de gas por termos eléctricos y bombas de calor de alto rendimiento. “Lo que se pretende es electrificar todo el sistema de producción tanto de ACS como de generación de calor y frío para que la fuente de energía sea electricidad”, precisa Dal. El objetivo del proyecto es ambicioso: alcanzar una reducción del 88,5% en el consumo energético, con un cálculo de inversión que supondría menos de 70 € al mes por vivienda, y se maximiza el autoconsumo mediante sistemas de almacenamiento y monitorización.

 

Accesibilidad industrializada

Minimal Metro 7 ha fabricado los núcleos de escalera con ascensor en sus naves de Pinseque y los ha trasladado al edificio ya acabados. “Todo ello se hace de manera industrializada. Lo fabricamos en nuestras naves y luego lo trasladamos a la zona del demostrador”, detalla Dal. 

La precisión mediante técnicas innovadoras es fundamental en el proceso. “Desde el inicio de la toma de documentación se han utilizado escáner 3D y drones”, asegura Dal, “se escaneó el edificio y se generó una nube de puntos. Esta nube es la base para hacer el modelo BIM (Modelado de Información de Construcción) del estado actual y después del estado reformado. Y este modelo contiene toda la información para el análisis de ciclo de vida de los materiales utilizados”.

También se han usado robots en tareas de demolición con el fin de mejorar la seguridad y la rapidez de trabajo. “Durante todas las fases del proceso de rehabilitación se introducen técnicas innovadoras, también en la fase de ejecución y diseño”, enfatiza Dal.  

La intervención estructural combina lo prefabricado con lo existente. “Se busca una articulación entre el edificio existente y el nuevo porque, al final, ambas estructuras se mueven de manera distinta”, añade. Esa filosofía también se traduce en aprovechamiento: “El mismo sistema se puede aplicar a otros edificios. Al final, es un proceso que se ejecuta en fábrica. Entonces, todos los materiales sobrantes se pueden utilizar en otra rehabilitación que lleve el mismo sistema”.

Desde Zaragoza para Europa, InCUBE busca generar un método que pueda a contextos similares. El resultado, según sus promotores, es una forma de rehabilitar más rápida, menos invasiva y más eficiente: menos tiempo de obra, menos gasto energético y viviendas adaptadas a las necesidades actuales, preservando al mismo tiempo el tejido y la estética del vecindario.