La no tan extraña pareja: música tecno y edificios modernos

Música techno y arquitectura. Aparentemente tan distintos. A través de un proyecto singular —que combina material editorial, fotográfico, sonoro y una parte expositiva— un libro presentado en la WDCV22 se zambulle en dos disciplinas aparentemente alejadas, la música techno y los edificios modernos, pero que en realidad cuentan con importantes puntos de conexión. Como apunta ya el prólogo de la publicación incluida en Erótica techno en la arquitectura valenciana: “Esta relación entre música y arquitectura no es nueva. En los escritos teóricos fundacionales del Movimiento Moderno, las alusiones a los ritmos compositivos de Le Corbusier son perfectamente extrapolables a los patrones que rigen la composición de la música techno, realizada por ordenadores”.

El factor sorpresa, innovador, es justo el propósito con el que se aborda esta acción: poner en valor ambas manifestaciones patrimoniales, con Valencia de fondo, a través de canales distintos a los habituales como la fotografía o la exhibición.

Erótica techno en la arquitectura valenciana es una iniciativa promovida por WDCV2022 en colaboración con el centro de innovación social y urbana Las Naves, inspirados por una idea de Valencia Techno Culture, un colectivo que profundiza en la didáctica y difusión de la música techno valenciana. Suma dos ensayos breves de dos arquitectos expertos en la materia (Débora Domingo y Mario Montesinos), junto con un ensayo fotográfico del arquitecto Ricardo Ruíz, en blanco y negro, sin presencia humana, conformando así un recorrido por todos esos paisajes arquitectónicos —y sonoros— donde las estructuras rítmicas y repetitivas del hormigón, con sus luces y sus sombras, remiten a la estructura sonora de un tema techno.

El proyecto incorpora también una canción techno inspirada en los paisajes arquitectónicos fotografiados, creada por los artistas Domen y Sou Allen, DJs de la mítica discoteca Barraca, con sonidos de la construcción, soldaduras, martillazos y un ritmo aplastante del bajo. El videoclip es obra del artista visual Sergi Palau. “Este proyecto pone en valor la arquitectura desde una perspectiva diferente a la habitual y pretende atraer a un público no profesional que quiera descubrir el patrimonio valenciano desde una nueva mirada”, dicen sus creadores. Y avisan de que este proyecto podría ser solo el principio de una investigación más amplia con nuevos horizontes.