CONEXIÓN CON… Tachy Mora, periodista y comisaria: “Hay que llevar los espacios híbridos a una dimensión más profunda”

Tachy Mora lleva 25 años de carrera periodística especializada en diseño y arquitectura. Es colaboradora habitual de El País Semanal y ha publicado en revistas como Neo2, Elle Decoration, Visual o Experimenta. Ejerce a su vez como comisaria de exposiciones en muestras de la talla de Escenarios de un Futuro Cercano, enmarcada en la programación de World Design Capital Valencia 2022.

Estima que la única diferencia entre las dos profesiones, periodista y curadora, se encuentra en “cómo se materializan”, ya que “ambas cosas son fruto de la investigación y la reflexión”. Hacemos conexión con esta labor y su faceta más creativa.

¿Cómo surge la idea de Escenarios de un Futuro Cercano, una muestra centrada en el diseño doméstico?

Desde WDC Valencia 2022 me contactaron porque querían programar junto con el Centre del Carmen Cultura Contemporània una exposición sobre diseño emergente. Dándole una vuelta, pensé que debía ser 100% fidedigna a ese concepto y mostrar propuestas totalmente inéditas. Todos los proyectos que podéis ver hasta marzo de 2023 han sido diseñados ad hoc.

 

¿Cómo de cercano es ese futuro?

En mi ejercicio profesional he identificado que desde que se empieza a plantear un diseño o surge una tendencia hasta que se consolida a nivel comercial, si tiene éxito, pasa una media de diez años. Por eso, la prospectiva que plantea Escenarios de un Futuro Cercano es a diez años vista. Algunos de los proyectos llegan ya a la exposición en una fase muy avanzada de prototipo y prácticamente están listos para ser lanzados al mercado próximamente.

 

Resulta inevitable preguntar por la incidencia de la pandemia de coronavirus de 2020 en el planteamiento de esta exposición…

Sí, resultó fundamental en todo el planteamiento de la exposición. Cuando nos confinaron en casa y tuvimos que lidiar con convertir nuestro hogar en oficina, gimnasio… nos dimos cuenta de que nuestro espacio doméstico no nos facilitaba una flexibilidad de usos y funciones que sí obtendríamos si su equipamiento o distribución hubieran sido los adecuados.

En realidad, es algo sobre lo que se viene reflexionando en el plano teórico desde la Bauhaus y el movimiento moderno, hace ya cien años. Sus planteamientos y su desarrollo posterior no han conseguido, sin embargo, impactar desde entonces de manera tan profunda en la sociedad como sí que lo hacían a nivel proyectual. La pandemia ha puesto de manifiesto que necesitamos casas que faciliten la posibilidad de cambio a cómo evolucionan nuestras vidas o a las diferentes situaciones y funciones que podamos necesitar en distintos momentos del día. En este sentido, los confinamientos nos han hecho identificar con claridad como una necesidad estos planteamientos que en el ámbito de la arquitectura se vienen proponiendo desde hace tanto tiempo, sincronizándose por fin con gran parte de la sociedad.

 

¿Cómo se plantean los cinco conceptos en torno a los que se han trabajado las propuestas de la exposición: flexibilidad, multifuncionalidad, modularidad, nomadismo y sostenibilidad?

Los diferentes equipos de trabajo podían cumplir con todos ellos o con una selección. En algunos casos, era fundamental ofrecer soluciones que fueran más allá de cómo se había trabajado ese concepto anteriormente. Por ejemplo, en el caso de la multifuncionalidad, que no hubiera un uso primario y otro secundario como se ha hecho hasta ahora, caso del sofá-cama, sino que todas las funciones tuvieran el mismo rango.

También se les pidió una semántica más amplia para el nomadismo, de modo que no solo se trabajara la mudanza a otro lugar, sino a su vez dentro del propio hogar.

Asimismo, me interesaba potenciar una reflexión acerca de los sistemas modulares, que, aunque contemplan flexibilidad en su diseño, en muchos casos terminan generando composiciones fijas. La invitación era a repensar y mejorar este tipo de composiciones y, sobre todo, los sistemas de fijación, de modo que la sencillez de su uso incentivara al usuario al dinamismo a nivel compositivo.

Por último, la sostenibilidad debía ser entendida no solo desde una perspectiva matérica y de circularidad, sino también a través de diseños que no quedaran caducos y que valieran para todas las etapas de una vida.

 

Mencionas en último término la sostenibilidad.  ¿Es este un concepto más contemporáneo que el resto?

Sí, era impensable no incluirlo. Ahora todos los proyectos son de un modo u otro sostenibles, porque ya no se diseña de otra manera. Todo el mundo tiene interés por saber sobre la trazabilidad de un producto y su circularidad: de dónde vienen, cómo llegan a ti o si proceden de materiales reciclados a los que se les ha dado una nueva vida. Por ejemplo, para uno de los proyectos de la exposición, se ha desarrollado un nuevo material a partir de residuos de envases de detergente con un acabado que parece mármol. Es sorprendente que, aún después de todo el proceso de transformación, las superficies generadas siguen oliendo a detergente.

 

¿Cómo nació tu vinculación con el diseño?

Donde estudié Periodismo, se impartían tres años de diseño gráfico. Aquello despertó en mí el interés por el diseño. De hecho, empecé escribiendo sobre diseño gráfico, al darme cuenta que podía unir las dos profesiones que más me interesaban. Después de ahí continué ampliando el espectro hacia el diseño industrial y la arquitectura.

 

¿Qué faceta te gusta más actualmente: la periodística o la de comisaria?

Las dos. Escribir sobre tendencias en el ámbito del diseño requiere de una investigación continua. Implica mucho análisis y reflexión, que luego traslado a una pieza escrita o a una exposición. Realmente, solo cambia el soporte.

 

¿Qué tendencias te gustaría destacar en diseño e interiorismo?

A nivel general, la flexibilidad, que puede abordarse de diferentes maneras: a través del equipamiento, de las divisiones, de elementos dinámicos, conceptos híbridos, soluciones soft

En los últimos diez años la gran tendencia en el hogar ha sido que la cocina era el nuevo salón. Nos hemos liado a unir salones y cocinas para convertirlos en el gran espacio social de la vivienda. El siguiente paso sería evolucionar un poco más este concepto, llevando esos espacios híbridos a otra dimensión más profunda, con un diseño más homogéneo y menos zonificado a nivel estético. También urge abordar espacios que parecen intocables, sobre todo por normativa, como el dormitorio. No todo el mundo quiere dedicar una habitación a esta función y necesita soluciones que vayan más allá de una cama abatible.

 

¿Qué destacarías de la trascendencia de la capitalidad del diseño en Valencia?

Que ha puesto a Valencia en el mapa mundial del diseño, evidenciando su importante tejido a nivel industrial y creativo. Era algo que ya sabíamos los que trabajamos en el ámbito del diseño, pero no tanto las personas ajenas a este sector.