Biofabricación: cuatro ejemplos de la unión de diseño y naturaleza

La sostenibilidad cobra cada vez más peso en la sociedad y el diseño no quiere quedarse atrás. La etiqueta made in condiciona muchas veces la compra de un producto. Su lugar de fabricación da indicios sobre su calidad, diseño y sostenibilidad.

La agencia de tendencias WGSN destaca que Made in Nature es el futuro. ¿Cómo? Con un nuevo concepto: la biofabricación, un campo relacionado con la bioconstrucción, de la que ya te habíamos hablado en Connections by Finsa. Los materiales son cultivados literalmente por organismos vivos. Para Lisa White, directora de Lifestyle & Interiors de WGSN este es “el futuro del diseño: productos hechos en colaboración con la naturaleza”. Destacamos algunos ejemplos inspiradores:

 

Grown

Desechos orgánicos, agua y micelio (raíces de hongos) son la base de sus productos, entre los que encontramos mesas, azulejos o lámparas.

 

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Además, cuentan con kits DIY para que seas tú mismo el que haga crecer su lámpara. Y cuando te canses de ella, puedes convertirla en fertilizante.

 

Sillas creadas por la naturaleza

¿Quién está detrás de la fabricación de las sillas de Gavin Munro? Ni más ni menos que la naturaleza. No hay un operario que coja una materia prima y la convierta en silla. Gavin planta una semilla y la naturaleza le da forma.

A veces a la naturaleza hay que echarle una mano. Ella nos proporciona los materiales y nosotros los moldeamos. Como las sillas y lámparas Terroir, de Jonas Edvard y Nikolaj Steenfatt, con base de algas secas y papel reciclado.

 

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Muebles que surgen del océano

El océano es la mano de obra de Aurore Piette. Las piezas de su colección Marecreo se realizan a partir de sedimentos oceánicos. Los pudimos ver en la Dutch Design Week.

¿Y si aprovechamos las ventajas de las algas para convertirlas en producto? Nienke Hoogvliet lo hizo. Sea me es una alfombra de hilo de algas marinas anudada en una vieja red de pesca.

 

¿Textil o Planta?

¿Por qué no cultivar tu ropa? La biología sintética es una alternativa sostenible a la actual industria textil. Permite cultivar tejidos a partir de la fermentación de bacterias u hongos. Hasta en tu casa puedes fabricar bioplásticos.

Jacob Olmedo apuesta por los textiles hidropónicos que cultivan plantas y se convierten en un jardín portátil, “una armadura ambiental”.

 

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