Pop-up stores: ¿más que una tendencia postpandémica?

Las pop-up stores son tendencia. Empresas pequeñas, grandes, online o con presencia física apuestan por estas tiendas que nacen con fecha de caducidad. Si bien algunas marcas ya tienen experiencia diseñando espacios emergentes para eventos puntuales, la pandemia los ha popularizado. ¿Por qué? Gracias, en buena medida, a la versatilidad que ofrecen por su carácter efímero, evitando los costes de mantener un espacio permanente.

 

¿Qué son las pop-up stores?

Una pop-up store es una tienda efímera que durante un breve período de tiempo se sitúa en una ubicación estratégica. Por ejemplo, en un corner de un centro comercial, en un local alquilado en la milla de oro de una gran ciudad, en un festival de música en la playa…

Como muestra, un botón. El torneo de tenis Roland Garros y la firma Lacoste, que patrocina esta competición, han creado una marca única para la ocasión. Durante su edición de 2021 abrieron en las lujosas Galerías Lafayette una pop-up store para vender la ropa de los jugadores, los uniformes de los árbitros y los accesorios fueron creados exclusivamente para este evento.

 

Ventajas y beneficios de las pop-up stores

Las tiendas emergentes son espacios flexibles que permiten apostar por diseños más arriesgados y ofrecer a los usuarios experiencias únicas e innovadoras. Su carácter de exclusividad atrae a los consumidores que experimentan FOMO, Fear Of Missing Out, y realizan compras motivadas por la impulsividad porque solo pueden hacerlas durante un tiempo limitado.

Gracias a estos establecimientos emergentes, las empresas online pueden llegar a sus clientes de una forma más cercana, captar público offline, mejorar el engagement o dar salida a productos en stock sin el riesgo que supone apostar por una ubicación estable.

Intersections: una pop-up que integraba las soluciones de Finsa, Simon y Actiu para proyectos de workplace.

Pop-up stores como sinónimo de exclusividad

Ya hemos visto que las pop-up stores pueden ser una medida controlada de asumir los riesgos de alquilar o comprar un espacio físico. A su vez, una tienda efímera puede ser sinónimo de exclusividad bajo la idea de presentar una colección única o acompañar a clientes durante sus vacaciones.

Las firmas de lujo apuestan por los destinos de la costa mediterránea para abrir sus pop-up store orientadas específicamente a la época estival y en las que presentan sus colecciones cápsula para la temporada. La casa francesa Louis Vuitton ha apostado por Ibiza (España) y por lugares de la costa italiana como Portofino, Capri o Como para incluir este tipo de formatos.

La pop-up store de Louis Vuitton en Ibiza.

De la playa a la montaña, los picos nevados también son lugares idóneos para abrir una tienda emergente. The North Face ubicó una en pleno corazón de los Dolomitas, en el norte de Italia. Este espacio representaba su espíritu aventurero y presentaba ocho artículos de coleccionistas que habían sido donados por exploradores famosos. Todo ello con el objetivo de subastarlos.

 

Las pop-up stores como tendencia postpandémica

Las pop-up stores son espacios innovadores, pero no novedosos. El sector retail lleva muchos años empleándolos porque ofrecen la posibilidad de tener un punto de venta físico sin necesitar una gran inversión, como ya hemos mencionado.

Durante la pandemia, las empresas minoristas tuvieron que cerrar sus establecimientos físicos y estos espacios, con formato take away, se convirtieron en la única opción de poder seguir en contacto con la comunidad y cumplir con las restricciones establecidas. Un buen ejemplo es Notting Hill Fish Shop, una pescadería y restaurante para llevar que nació en la cuarentena con un contrato de alquiler de tres meses. Puedes conocer su historia completa en la revista Fortune. Tras el éxito de la primera pop-up store de Notting Hill Fish Shop, cambiaron de ubicación y aumentaron su propuesto ofreciendo también productos cárnicos.

Después de las primeras olas de la pandemia, muchos de los negocios que tuvieron que bajar la reja todavía no han conseguido recuperar la normalidad. Para ellos, que no cuentan con capital para afrontar un alquiler de larga duración, abrir una pop-up store es su segunda oportunidad de renacer sin necesidad de realizar un gran desembolso inicial.

Por otra parte, Vogue Business informa de que hay un exceso de espacio comercial a nivel mundial, y que los propietarios están desesperados por llenar sus locales vacíos. Por ello, están dispuestos a aceptar alquileres por cortos períodos de tiempo y ser más flexibles con los permisos para reformar los locales. Una solución es la propuesta por la inmobiliaria CBRE que ha desarrollado Book a Corner, una plataforma digital de alquileres temporales de corta duración.

La versatilidad de las pop-up stores en cuanto a ubicación, arquitectura, diseño y temporalidad ha convertido este formato idóneo para retail en los más adecuados para volver a empezar tras la pandemia, dar salida al stock acumulado y presentar colecciones o artículos exclusivos.

 

¿Te atreverías a apostar por un espacio emergente y efímero? ¿Ya los has hecho algún proyecto de este estilo? Cuéntanoslo en redes sociales a través del hashtag #ConnectionsByFinsa.