Arquitectura de parques de atracciones: diseñar para la diversión

Si hay un lugar en el que la diversión esté asegurada seguro que allí hay un parque de atracciones. El mapamundi está salpicado de estos parques. Hay miles. Quizá porque cada persona busca cosas diferentes en una instalación de este tipo: experimentar emociones fuertes, recrear las películas favoritas, visitar escenarios de otras épocas o disfrutar solo de un lugar para jugar en familia. El mercado sigue en expansión y se prevé que ingrese más de 70.000 millones de dólares para 2025.

Entre tanta oferta, los parques de atracciones que destacan no son siempre los más grandes o los más pintorescos, sino aquellos que superan las expectativas de sus visitantes, al margen de su tamaño o de su ubicación. Son espacios bien planificados y diseñados para maximizar la experiencia, reconocibles de inmediato.

Diseño desde una región pequeña para jugar en todo el globo

Ocurre con los parques infantiles creados por la empresa gallega Galopín, con sede en el municipio coruñés de Cerceda. El último que acaba de inaugurar es Butlin’s Skypark, en Reino Unido, el playground más grande de Europa: 2.400 metros cuadrados que Butlin’s, una cadena inglesa de balnearios, ha dedicado a las emociones, lleno de luz y color, de rampas, toboganes y torres de escalada.

 

Los clásicos no pasan de moda

Son las características particulares de cada parque de atracciones o juegos las que marcan la diferencia. Algunos son tan famosos, y antiguos, que ya son clásicos en esta industria. Como el Magic Kingdom Park, en Orlando (Estados Unidos), creado en 1971, con su castillo de Cenicienta como icono universal, o su hermano pequeño en Europa, Disneyland París, que celebra en 2023 su 30 aniversario. El parque ocupa algo más de 22 kilómetros cuadrados y tiene dos áreas temáticas, zona comercial y de entretenimiento, hoteles, campo de golf y hasta estación de tren.

A Luna Park, el mítico parque de Coney Island, en el neoyorquino barrio de Brooklyn, se le ha visto en muchísimas películas. De diseño tradicional, con las típicas atracciones de feria, conserva intacto todo su encanto con la Cyclone Roller Coaster, la montaña rusa de madera más antigua en activo de Estados Unidos, y su noria Wonder Wheel, que desde 1920 gira frente al mar.

 

Arquitectura con factor sorpresa

Pero al margen de la veteranía, la singularidad y la capacidad de sorprender es otra de las claves del éxito de los parques de atracciones que atraen más público. Hay un claro ejemplo en Australia. En esta latitud se encuentra Pod Playground, un espacio sorprendente por su arquitectura, con estructuras de juegos similares a grandes bellotas. Está situado en el National Arboretum of Canberra y cuenta con toboganes, escaleras y diferentes atracciones.

 

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El City Museum, un parque de juegos ubicado en Missouri (Estados Unidos), está construido con materiales industriales reciclados, sobre todo hierro. Tiene aviones y diferentes caminos para que los visitantes los recorran.

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En Japón, The Woods of Net Playground se compone de telarañas de colores tejidas a mano por la artista Toshiko Horiuchi dentro de una enorme estructura de madera, obra de Tezuka Architects. Se encuentra en el Museo Hakone, un lugar al aire libre que mezcla el arte y la diversión.

En España tenemos el Parc Gulliver, en el Jardín del Turia de Valencia: una gigante escultura de 70 metros que representa al clásico personaje del libro de Jonathan Swift. Niños y mayores pueden subir y bajar rampas, escaleras y toboganes que forman parte del cuerpo del viajero.

 

La temática, clave

La temática en torno a la que se desarrollan algunos parques es otro de sus principales ganchos y también marca su diseño. Los Mundos de Cristal de Swarovski es uno de los espacios temáticos de ocio con más solera. Se inauguró en 1995 en Austria con motivo del centenario de la empresa y recibe una media anual de 600.000 visitantes. En 2015 se amplió con una torre de juegos de 20 metros (con una red de escalada única en su tipo en su interior, toboganes, obstáculos y 160 paneles de cristal, todos diferentes, en su fachada).

 

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Otro referente imprescindible es el Ferrari World de Abu Dabi, el primero de los dos que tiene el fabricante de automóviles (el otro está en España, en Tarragona) y el parque temático cubierto más grande que hay en el mundo. Construido en la isla Yas en 2010, ocupa 176.000 metros cuadrados y es obra del estudio chino Benoy. Su diseño refleja la famosa forma sinuosa del chasis del Ferrari GT con el color y las curvas dobles de la marca.

 

Diversión acuática

Sin duda, el agua es sinónimo de diversión y otro de los campos más interesantes que explota esta industria del entretenimiento. Hay fórmulas sencillas como Wibit, una empresa alemana que fabrica parques flotantes. Y otras de arquitectura e ingeniería más complejas como Ocean Park (del año 1977).

 

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El peso de la marca

Por supuesto, el respaldo de una marca popular impulsa el conocimiento -y el éxito- de estos espacios recreativos. Es el caso de Universal Studios (Orlando) y su Wizarding World of Harry Potter. O las aventuras de Mario Bros Super Nintendo World en Universal Studios en Japón. Los fans de las películas de La Guerra de las Galaxias tienen en los parques Disney la atracción Star Wars Galaxy’s Edge, donde pueden visitar un Halcón Milenario a tamaño real.

Pero, quizá, el ejemplo más reconocible en este sentido sigue siendo Legoland, en Dinamarca. Fue creado por la conocida compañía de los bloques de construcción de colores, tiene más de 50 atracciones y reúne unos 60 millones de piezas.

 

Aprender divirtiéndose es posible

Hay también parques temáticos educativos, diseñados para fomentar una experiencia que divierta y enseñe al mismo tiempo. Es el caso de dos instalados en Francia. Uno es Futuroscope, creado en 1987. En él la emoción viene de la mano de las nuevas tecnologías, la realidad virtual, las experiencias multimedia, la robótica y las atracciones 4D. El otro es Puy du Fou, un viaje en el tiempo que permite pasear por una aldea medieval, participar en un asalto vikingo o presenciar luchas de gladiadores y carreras de cuádrigas en un anfiteatro romano con 6.000 asientos.

 

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Lo local es global

Tampoco falta el diseño de parques temáticos de contenido local. Destacamos aquí dos ejemplos. El primero es Calaverandia, un espacio dedicado al Día de los Muertos abierto en 2022 en Guadalajara (México), que combina tradición, tecnología y diversión a través de juegos, hologramas interactivos, shows multimedia, instalaciones artísticas, video mapping y música en vivo. El segundo está en Japón también desde 2022. Es el Studio Ghibli Park. Allí no hay atracciones mecánicas. El parque ofrece una experiencia para el público totalmente inmersiva en la que pueden explorar el mundo de películas de animación icónicas del estudio como El viaje de Chihiro, Mi vecino Totoro, El castillo ambulante o La Princesa Mononoke.

 

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Entornos inmersivos: la nueva era tecnológica de las atracciones

En este sentido, los últimos avances tecnológicos son precisamente los que están revolucionando el propio concepto de parque de atracciones. Ahora se diseñan para convertir la experiencia del visitante en una aventura 100% personalizada, interactiva y envolvente. No se trata solo de jugar, sino de vivir el juego.

La realidad virtual (RV), la realidad aumentada (RA), la inteligencia artificial (IA) y todas las tecnologías más avanzadas y experimentales sirven para mejorar las atracciones y maximizar la experiencia lúdica. Ahora es posible realizar viajes en el tiempo a través de tecnología inmersiva. Así lo hacen en The Gunpowder Plot, que tiene lugar en la Torre de Londres y da vida a la historia de los conspiradores de 1605, sumergiendo por completo al público como participantes en la trama. Protagonizada por Tom Felton (el Draco Malfoy de Harry Potter) como Guy Fawkes (el personaje histórico que quiso hacer volar por los aires el Parlamento de Londres), la atracción se basa en la técnica de realidad en capas, combinando tecnología digital y teatro en vivo, así como sensaciones físicas reales para crear una experiencia inmersiva única.

Otro ejemplo de esta tendencia emergente lo encontramos en el museo inmersivo Lisbon Quake, inaugurado en el verano de 2022. La experiencia en 4D del recorrido que se realiza da vida al episodio histórico del terremoto que en 1755 devastó la ciudad. Y la expresión “dar vida” es casi literal. Jora Vision usó su experiencia en narración de historias para hacer que los visitantes sintieran que de verdad estaban siendo transportados a ese momento clave de la historia. Para ello han utilizado entornos muy temáticos, una banda sonora personalizada y mapeo de proyección, así como efectos especiales, iluminación envolvente y medios de video.

 

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