La arquitectura de los espacios culturales

¿Qué hace que una visita cultural se convierta en una experiencia única? ¿Qué es lo que consigue que las emociones que transmite una exposición las recordemos cuando esta expira? La respuesta está en el equilibrio. En un tándem entre cultura y arquitectura con un objetivo común: llegar directamente al público.

¿Cómo conseguirlo? Aquí os damos algunas claves con estudios que han hecho de la arquitectura efímera y del diseño de espacios culturales su seña de identidad.

Rocamora Arquitectura. Creación para el Festival de Arquitectura Efímera de Yecla

 

Musealización y espacios culturales

Museos, galerías de arte, centros culturales… El carácter permanente de la arquitectura se mantiene en la creación de nuevos espacios culturales. Sin embargo, a la hora de afrontar un proyecto hay elementos que marcarán su desarrollo.

La primera clave radica en comprender el uso del recinto, para lo que se precisa un análisis previo del patrimonio a exponer, del flujo de visitantes previsto y del espacio disponible.

Entre otros factores a tener en cuenta figuran también la iluminación, la ventilación, la accesibilidad y el diseño del espacio. El tratamiento de todos ellos es básico para resaltar las obras, crear la atmósfera que transmita las emociones que persigue la muestra, garantizar la conservación de las piezas artísticas y guiar al visitante por el recorrido expositivo. Hay un aspecto fundamental: el de la generosidad de la arquitectura para no solapar las obras a las que da soporte.

 

Temporalidad, innovación y creatividad

Frente a la arquitectura permanente cobra cada vez más fuerza la arquitectura efímera, esa cuyo objetivo está enfocado a complementar, potenciar y servir de soporte a una exposición, un evento social o una feria comercial. Aquí cada proyecto es singular y tiene carácter temporal. Eso es precisamente lo que más atrae a los estudios que han apostado por esta disciplina, como el de Ángel Rocamora o ENORME Studio.

Para Carmelo Rodríguez, de ENORME Studio, la temporalidad hace que los diseñadores puedan experimentar mucho más. “Las instalaciones efímeras se convierten, muchas veces, en el I+D+i del uso de sistemas y materiales que después se utilizarán de manera más innovadora en arquitecturas menos temporales”, explica.

Ángel Rocamora, por su parte, califica de “apasionante” esta versión de la arquitectura que, en función del contenido, puede tener mayor o menor carácter. “No es lo mismo servir de soporte para arte contemporáneo que para una exposición de piezas arqueológicas de hace 5.000 años. Lo interesante es cómo puedes transmitir utilizando una escenografía que dialogue con el contenido y con el visitante. Eso, aunque parezca extraño, se consigue con la arquitectura”.

Rocamora Arquitectura. Exposición “Ídolos, miradas milenarias” en el Museo MARQ de Alicante

 

Según explica Rocamora, la clave está en estudiar el contenido; tener presentes a los tres actores: objetos, curador y público, y conseguir ese equilibro en el cual “la arquitectura no se coma a aquello a lo que sirve de soporte, sino que se compenetre para operar como acompañamiento efectivo del discurso”. Se trata de reforzar lo que la exposición quiere transmitir utilizando la “escenografía de la arquitectura”. Es decir, aportar aquello que las piezas no tienen.

“Si hablamos de la vida cotidiana, o de rituales religiosos, por ejemplo, siempre faltan esos espacios donde la liturgia se producía, donde se comía, donde se navegaba… Esos lugares son arquitecturas. Puede hacerse evocando esa situación o a través de formas. Parece complicado, pero resulta maravilloso”, destaca Rocamora.

 

Stands convertidos en obras de arte

La arquitectura efímera se aplica también para proyectar la imagen de marca con instalaciones en ferias comerciales que se convierten en auténticas obras de arte.

“La primera cuestión importante es pensar en la reutilización de los materiales o elementos que la componen sin ceder fuerza visual y expresiva, sin perder esa capacidad de innovación material y espacial de las instalaciones efímeras”, explica Carmelo Rodríguez.

Una premisa que ENORME Studio aplicó, por ejemplo, en Astral Bodies. Esta es una instalación creada para Finsa con motivo de la Milan Design Week 2019, que ha conseguido sobrevivir al evento y llevar a siete ferias diferentes los meteoritos que la singularizan.

Javier de la Paz García. Exposición Astral Bodies realizada por ENORME Studio y Vitamin-Arte para Finsa

 

En el mismo sentido se expresa Ángel Rocamora. Su instalación Conexión by Finsa proponía un recorrido por el ciclo de vida de la madera y su conexión con las personas. Para ello, el arquitecto optó por un concepto de plaza.

No se tenía que hablar del producto, sino que te daba el regalo de la reunión o del encuentro. Era un lugar definido por esos elementos de madera concatenados. Sí que había información, pero era una información con cierto secretismo, que en apariencia no te estaba vendiendo el producto, sino que te brindaba esa definición del espacio. Dentro de ese lugar lo que proponíamos eran unas charlas en las que se hablase de la madera y de la relación humana con la misma”.

Cabreraphoto. Creación Conexión by Finsa de Ángel Rocamora

 

Espacios públicos

No siempre el espacio está definido. Con motivo de la pandemia, los espacios públicos han ganado protagonismo como escenarios de la vida social y cultural. ENORME Studio lleva años trabajando con esos espacios abiertos donde cobra protagonismo la arquitectura innovadora y participativa que defienden.

El reto alcanza aquí mayor tamaño. El entorno no es solo físico, sino que hay un componente emocional e identitario. Y ahí se encuentra el punto de partida, explica Carmelo Rodríguez.

“En todas estas instalaciones urbanas casi importa más todo el trabajo previo que el de la instalación en sí. Conseguir que la gente se interese por el espacio público, lo urbano y el diseño constituye uno de los grandes retos de las instituciones y las marcas, porque de esta manera conseguimos convertirnos en una sociedad con mayor cultura de diseño. La parte pedagógica es fundamental”.

Javier de la Paz García. La instalación “Mountain on the moon”, creada por Enorme Studio para MINI España, fue galardonada en los premios Emporia

 

El público como elemento arquitectónico

En espacios abiertos o interiores, estas instalaciones cuentan con un actor fundamental: el público. Se convierte en “un detalle constructivo más”, explica Ángel Rocamora, y “modifica la relación visual, la altura de las mesas… Le confiere a la instalación un cierto carácter de improvisación, de descontrol”.

El público otorga el carácter participativo. ENORME Studio hace siempre instalaciones interactivas, “bien porque se pueden utilizar de manera freestyle o bien por el nivel de sorpresa o expectación visual que generan. La persona es el centro y el inicio de este tipo de proyectos. En muchos de ellos incluso hemos trabajado con comunidades enteras o con alumnos para diseñar y construir juntos las propias instalaciones”.

Enorme Studio. Instalación “Arachi” creada junto a alumnos del ISAD en Chihuahua, México

 

La temporalidad, un aliado

Lejos de lo que pudiera parecer, la temporalidad de esta arquitectura es algo gratificante para sus autores. Para Ángel Rocamora, potencia el carácter social de la arquitectura. “Nos saca de un sector que tiene que ver con los tiempos, con las crisis concatenadas y nos reconcilia con un trabajo que tiene que ver con la cultura y con la gente. Resulta muy gratificante poder trabajar siempre desde el punto de vista del compromiso social que tiene nuestro trabajo de arquitecto”.

Rocamora Arquitectura. Exposición temporal Conexión by Finsa galardonada en los premios Emporia 2017

 

“Como dicen en Blade Runner, la luz que brilla menos tiempo, brilla más fuerte. Esa capacidad formal y expresiva hace que se puedan vivir experiencias espaciales muy potentes en las instalaciones efímeras y temporales”, concluye Carmelo Rodríguez.