Lo mejor de CMF en Connections by Finsa durante 2025

El CMF (Color, Material, Acabado) ya no es “lo último que se elige”, sino una herramienta para decidir cómo se siente un espacio desde el minuto uno. En Connections by Finsa lo hemos tenido claro este año, y así lo hemos analizado desde tres perspectivas diferentes.

 

1) La base: acabados que aclimatan el proyecto

En 5 acabados para hábitats 360 hablamos de esos materiales que hacen de columna vertebral y que sostienen la coherencia del conjunto sin buscar todo el protagonismo. Fíjate en:

  • Merino, en gris cálido, se ha consolidado como ese neutro que funciona casi siempre: sereno, actual y muy compatible con interiores calmados (sí, también con el famoso “lujo silencioso”).
  • Siena Calypso llevó los tonos tierra a un lugar más rico: marrones, terracotas y tostados que dan profundidad sin oscurecer el proyecto.
  • Tivoli Ash en acabado Yoku nos metió de lleno en lo táctil: madera clara, inspiración nórdica, y una textura que pide ser tocada.
  • Y en la misma línea sensorial, los acanalados tipo Yute (con ese guiño al trenzado) y los barnizados ready to use de chapa natural aportan practicidad al concepto de artesanía.

De esta forma tenemos interiores pensados en 360º, donde paneles, puertas o frentes hablan el mismo idioma.

 

2) La capa expresiva: fantasías que funcionan como microescenas

Sobre esa base tranquila, 2025 también dejó espacio para materiales con más carácter, como vimos en Cinco diseños de fantasías que reescriben el interiorismo contemporáneo. Aquí la fantasía aparece como un recurso narrativo. Destacamos estos tres ejemplos:

¿Dónde encajan mejor? En piezas donde un solo plano puede cambiarlo todo, como un mostrador de retail, un cabecero de hotel boutique o la trasera de un office

 

3) El futuro cercano: cuando la tecnología amplifica el color

El tercer ángulo lo abrimos en Cómo la tecnología está transformando nuestra percepción del color en el interiorismo. Un acercamiento que demuestra que el color deja de ser estático.

La referencia era clara: Making Sense of Color, de Google, en Milan Design Week, con habitaciones donde el color se modulaba con luz, sonido y vibración. A partir de ahí, el escenario es fácil de imaginar (y cada vez menos ciencia ficción):

  • Un lobby que ajusta su temperatura cromática según la hora.
  • Una sala de espera hospitalaria que suaviza la atmósfera si detecta estrés.
  • Un espacio de trabajo que acompaña momentos de foco o pausa con cambios sutiles.

No se trata de efecto wow constante, la clave es usar tecnología para hacer el espacio más sensible.

 

CMF como estrategia

Si juntamos las tres piezas, el mensaje se vuelve muy claro, el CMF es una forma de diseñar la experiencia, no solo la estética.

  • Neutros y maderas con textura para dar coherencia.
  • Fantasías para añadir identidad sin estridencias.
  • Tecnología para convertir el color en algo más vivo y adaptable.