Arquitectura efímera: todo salvo las pirámides y el Partenón

“Salvo las pirámides de Egipto y el Partenón, toda arquitectura es efímera”. De esta forma tan rotunda afirma la arquitecta Nuria Prieto, directora y coordinadora del festival Atmósferas, la esencia de la arquitectura efímera

Esta disciplina está integrada por construcciones pensadas y diseñadas para durar un tiempo limitado: pabellones, instalaciones, pop-ups o intervenciones públicas realizadas para un evento, exposición o contexto concreto, que después se desmontan, se reutilizan o desaparecen. Su valor radica en parte en su inmediatez y su capacidad experimental. 

Su interés no es la permanencia, sino la respuesta puntual -una escenografía, una experimentación, una urgencia- y suele implicar criterios de ligereza, montaje y desmontaje rápido, economía de recursos y, en ocasiones, experimentación material o social. Precisamente, en esta cuestión incide el arquitecto Ángel Rocamora, quien estima que la arquitectura efímera está ligada “con la celebración de lo social. Aparece en cosas que son más excitantes, sucesos que ocurren para el encuentro”.

 

Miradas contemporáneas a la arquitectura efímera

El festival Atmósferas, el primer festival de arquitectura efímera contemporánea realizado en Galicia, ha permitido revitalizar la percepción de la arquitectura como herramienta de reflexión urbana. 

El evento reunió cinco obras de arquitectura efímera que dialogaron con la ciudad de A Coruña. Lonestar, por ejemplo, fue una pieza inflable, en la que participó Prieto, compuesta por dos esferas inflables (de cuatro y dos metros), fabricadas con plásticos reutilizables:

una capa exterior de Galga 200 y una interior de Galga 100. Prieto recuerda que las estructuras inflables tienen un origen militar, pero que la contracultura de los años 60 y 70 las resignificó como objetos lúdicos y democráticos: “se convirtieron en algo al servicio de todo el mundo, autoconstruido”. 

Por su parte, Ángel Rocamora está trabajando en una exposición temporal de arqueología y etnografía en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ). A partir de noviembre de 2025, se exhibirán 618 piezas del patrimonio arqueológico de Denia, que abarcan desde la prehistoria hasta el siglo XX. La exposición hace hincapié en la dualidad del mar y la tierra en la ciudad. El arquitecto explica que para esta exposición han trabajado con materiales como aluminio, textil impreso, madera y plásticos reciclados. La iluminación representa para él “50% del proyecto”.

La arquitectura temporal contemporánea incluye propuestas como el pabellón temporal de la Serpentine, ubicado en Kensington Gardens, en Londres, diseñado por la arquitecta bangladesí Marina Tabassum. Se trata de una estructura en forma de cápsula con módulos móviles pensados para encuentros públicos. Es un claro ejemplo de una arquitectura comisariada para un período concreto y pensada como espacio público desmontable.

Otro caso es la 11ª edición del Festival Concéntrico en junio de este año, con múltiples instalaciones efímeras en el espacio público. Bayona Studio reutilizó 111 cabezas de farolas para iluminar la plaza del Ayuntamiento, mientras que Leopold Banchini Architects colocó una sauna montada en una fuente y MVRD V hizo un velo con 48.000 corchos reciclados. Todos estos comparten un rasgo: diálogo directo con lo urbano y atención al material reciclado.

 

Autoconstrucción, emergencia y atmósferas

Una de las virtudes de estas piezas es su capacidad de autoconstruirse: posibilitan que colectivos y personas participen en el montaje, recuperando la raíz del refugio humano. Prieto subraya su utilidad en emergencias: “en caso de conflicto o pérdida de vivienda, se construyen instantáneamente y permiten dar cobijo a la gente”. “Son arquitecturas sin reglas, abstractas, […] son completamente libres”, añade Prieto. “Pueden ocupar cualquier lugar y resolver problemas humanitarios”, destaca.

Este tipo de arquitectura tiene también una dimensión onírica “Colocar una esfera en un lugar es raro, pero al mismo tiempo parece que siempre encaja, porque es un volumen puro, una geometría perfectamente asumible por el ojo, y completamente comprensible […]. Es como introducirse dentro de un sueño”.

Rocamora enfatiza la precisión y el control en estos proyectos. “Permiten trabajar con mucha manejabilidad, buscar precisión, y con una durabilidad justa”. “La arquitectura atemporal te permite buscar, ensayar, trabajar con amor. La vida que vivimos está asociada a los sonidos, a los olores y esto es lo que intentamos traer porque construyen una atmósfera”, detalla.

 

Arquitectura efímera, sostenibilidad permanente

La sostenibilidad y la segunda vida del material son pilares habituales en la arquitectura efímera. En la Plaza de Santa Bárbara, en Galicia, se instaló Hornacina, del Estudio Bayona, un prisma tectónico que reconfiguró la cruz de la plaza. Finsa aportó más de 200 tableros Fibrapan® TEX Flute (no conformes para venta) y listones de pino procedentes de su fábrica, demostrando cómo los excedentes industriales pueden convertirse en piezas con sentido público. “Conozco muy bien a Finsa y sé que hace una circulación del material total. El tablero nos aporta mucha tranquilidad. Innovan de una forma seria”, afirma Rocamora.

La arquitectura efímera permite repensar la ciudad desde la experimentación y la participación. Piezas desmontables, ligeras y a menudo recicladas abren ventanas para probar ideas, recuperar espacios y generar encuentros. En ese espacio intermedio entre lo construido y lo transitorio radica su fuerza: la capacidad de transformar percepciones y activar la vida urbana sin reclamar la permanencia.