La inteligencia artificial ya forma parte del día a día de muchos estudios de interiorismo y arquitectura, pero no de forma homogénea. Mientras que algunos profesionales la utilizan para acelerar las fases conceptuales, otros mantienen procesos artesanales y recurren a ella solo para tareas menores.
A partir de las aportaciones de María Ramón -diseñadora de producto en Studio Inma Bermúdez-, Betsaida Curto -arquitecta y fundadora de Estudio Copla-, el interiorista Francesc Rifé y Alessandro Baccari -irector de diseño y socio senior en DesignAgency-, recopilamos cinco usos reales que muestran cómo la IA está transformando la práctica del diseño.
1. Descubrir ideas en minutos: la IA como boceto rápido
Una de las aplicaciones más extendidas es la generación de imágenes para visualizar direcciones creativas sin invertir horas en ilustraciones. “Utilizamos herramientas que nos permiten averiguar distintas ideas muy rápido para decidir si vale la pena desarrollarlas”, explica María Ramón.
En la misma línea, el interiorista Francesc Rifé trabaja con Midjourney, Stable Diffusion o ControlNet para probar materiales, atmósferas o variaciones formales a partir de croquis reales. “La IA nos ayuda a acelerar la exploración; para mí sigue siendo una herramienta, no un punto de partida”, afirma Rifé.
Otra clave es la producción de renders, animaciones de alta calidad o edición de textos para documentos comerciales. Baccari matiza que usan la IA “para manipular la luz y mejorar la apariencia de las texturas y detalles de acabados, como las vetas de la madera o del mármol”.
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2. Mostrar propuestas al cliente con más claridad
La IA está cambiando la comunicación con el cliente, especialmente en el arranque del proyecto. En el Studio Inma Bermúdez, un reciente proyecto de packaging se benefició de variaciones generadas por IA. “Pudimos enseñar distintas direcciones de forma clara sin invertir decenas de horas en bocetos. Se reduce la incertidumbre y el cliente entiende antes hacia dónde vamos”, cuenta Ramón.
En esta línea, Baccari valora estas herramientas como una forma “de comunicar más claramente nuestra visión de diseño y responder con agilidad a los comentarios”.
El matiz crítico lo introduce Rifé al señalar que “también se generan expectativas más altas. Una imagen hiperrealista puede parecer definitiva cuando aún no lo es”.
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3. Apoyar tareas secundarias sin sustituir el proceso artesanal
Aunque algunos estudios integran IA en su fase conceptual, otros mantienen una relación mucho más acotada con la tecnología. En Estudio Copla, las herramientas digitales se emplean solo como apoyo puntual, sin intervenir en el proceso creativo. “Nuestro trabajo es muy artesanal. La IA la usamos para edición de textos o algún retoque fotográfico o de renders, nada más”, incide Betsaida.
Su enfoque recuerda que no todos los estudios necesitan incorporar IA en profundidad para trabajar con rigor. Para ellos, el valor está en el tiempo dedicado al material, al lugar y a la cercanía con el cliente. “Apostamos por una relación más a medida; la IA acelera, pero no sustituye ese vínculo”, añade.

4. Anticipar resultados antes de construir: simulación, luz y comportamiento del espacio
El uso más técnico -y menos conocido- aparece en manos de interioristas como Francesc Rifé, donde la IA y la tecnología se convierten en herramientas de predicción. “Estamos aplicando simulaciones digitales muy precisas del comportamiento de la luz. Podemos anticipar cómo se moverán reflejos o sombras antes de construir”, destaca Rifé. Este tipo de tecnologías no generan “imágenes bonitas”, sino información que permite proyectar espacios más habitables y coherentes.
Baccari confirma que la IA está integrada en todos los proyectos, no como excepción: “Las aplicaciones de IA están completamente integradas en el conjunto de herramientas tecnológicas que utilizamos durante las fases de conceptualización y desarrollo del diseño”.
5. La IA como filtro: seleccionar mejor, no producir más
En muchos estudios, la IA se permite descartar rápido y concentrar el esfuerzo en lo que realmente tiene recorrido. María Ramón, del Studio Inma Bermúdez, lo expresa así: “te ayuda a dirigir la energía hacia las ideas más fuertes”. DesignAgency, añade un matiz muy relevante: “Como creativos nos entusiasma el potencial y la evolución de la IA. Con herramientas de IA a menudo podemos probar e iterar ideas de formas que no serían posibles en el mundo físico”.
En equipos con procesos más manuales, como Estudio Copla, la alerta va por otro lado: “sin un ojo crítico puedes cometer grandes errores; la herramienta no sustituye la base profesional”. Para Baccari, aunque estima que esta tecnología tiene futuro, conviene que exige criterio: “Detectar esos errores y superarlos es parte del proceso y un aviso frente al uso sin control”.
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