Diseño táctil: cómo el cuero, el lino y el ante inspiran las nuevas superficies técnicas

Algunos materiales despiertan una respuesta emocional inmediata. No necesitan ser explicados y basta un gesto, una textura o un aroma para activar la memoria sensorial. El cuero, el lino y el ante pertenecen a esa categoría de materias primas que hemos aprendido a asociar con el confort, el abrigo, la elegancia natural. Durante décadas han habitado nuestros cuerpos y nuestros hogares a través de la moda, los tapizados o los complementos, pero hoy encuentran nuevas formas de expresión en el diseño de interiores.

En la era de lo táctil, su retorno no podía limitarse a lo puramente decorativo. La actual cultura del material -una que busca lo emocional sin renunciar a la funcionalidad- ha impulsado una generación de superficies que evocan estos tejidos en clave contemporánea. Son materiales que no solo se ven, sino que se tocan con la mirada. Que prometen una experiencia, aunque estén aplicados a una pared, un cabecero o un armario. Y que hacen del tacto un nuevo lenguaje del habitar.

 

Superficies decorativas en cuero

El cuero, con su carga de autenticidad y nobleza, es reinterpretado ahora en soluciones como Pelle, una superficie técnica que recupera su carácter visual y sensorial sin las limitaciones del material original. El resultado es una propuesta cálida, sugerente y muy versátil, disponible en tonos como Pelle Arena, Pelle Utopía o Pelle Merino

En todos ellos se mantiene el equilibrio entre lo emocional y lo funcional: superficies resistentes y ligeras que funcionan igual de bien en un espacio doméstico que en un entorno comercial.

Superficies decorativas textiles

El lino ha sido siempre sinónimo de honestidad material. Ligero pero resistente, de textura seca y aspecto ligeramente irregular, ha acompañado a generaciones como tejido de uso cotidiano, cargado de referencias culturales que van desde el mediterráneo al mundo nórdico. Su tactilidad cruda y su naturalidad sin adornos inspiran ahora Linum, una superficie que traslada estas cualidades al mundo del diseño de interiores. 

En tonos como Linum Tierra, Gris o Marengo, esta propuesta encuentra su lugar en proyectos que buscan calidez y sobriedad, donde el material no es protagonista por exceso, sino por coherencia. Su textura visible y su capacidad para crear atmósferas suaves lo convierten en una elección idónea para espacios donde el confort se construye desde lo sensorial.

Superficies decorativas en ante

El ante ha estado asociado a la sofisticación sin artificios. Presente en prendas de vestir, calzado o detalles de mobiliario, su textura aterciopelada y su tacto envolvente le han otorgado un aura de elegancia silenciosa. Suede, la interpretación contemporánea de este material, recupera esa cualidad táctil en una superficie de uso arquitectónico que transmite serenidad, suavidad y profundidad. 

Referencias como Suede Piedra, Crudo o Tierra apuestan por una estética delicada, perfecta para crear interiores atemporales y sensoriales, donde la materialidad habla bajito, pero deja huella.

Esta nueva generación de materiales demuestra que es posible extender su carga emocional a superficies técnicas sin renunciar al confort ni a la durabilidad. Y que la materialidad -cuando se elige con intención- puede transformar no solo los espacios, sino la manera en que los habitamos. 

La gama Fabric es, en este sentido, una síntesis de esa evolución: un punto de encuentro entre tradición textil y tecnología de superficies. No se trata de reproducir al pie de la letra lo natural, sino de capturar su esencia. Porque al final, lo que recordamos no es solo cómo se ve un material, sino cómo nos hizo sentir. Y los nuevos interiores, más que nunca, empiezan ahí.